Primer amor

Fue casualidad que nuestras miradas se cruzaran (que bello como las sostuvimos), pero no lo fue después, porque observaba tu sonrisa constantemente, sintiendo un poco de temor a ser descubierto. Cuando dos personas se encuentran destinadas a enamorarse, no hay poder humano que pueda separarlas. Lo inevitable sucederá, puede que con retrasos, pero sucederá. Así fue, sin necesidad de buscarlo, pero manteniendo la esperanza de descifrar lo que realmente se siente estar enamorado, nuestro amor se dio. Basto menos de dos días compartidos para comprender la magnitud de dicho sentimiento, no era necesario hablar de nuestras vidas para entender la del otro, para sentir que de las dos, solo queríamos hacer juntos una. Siempre disfrutamos con intensidad el momento. Podíamos contar con poco o mucho tiempo, aunque cada minuto perdía segundos cuando estábamos juntos, pero cobraba valor en nuestra vida, pues cada experiencia vivida se refugiaba en nuestros corazones. Recuerdo el primer beso, que es solo primero cuando se da con amor, cuando sostienes vivo el sentimiento de querer vivir una vida entera junto a esa persona, sin importar que pueda pasar, sin importar las dificultades, sin importar la lluvia, sin importar nada. Nuestro amor lo vence todo, hasta la más dura batalla. Sentirte junto a mí es el sueño que se hace realidad en las mañanas, en las noches, en cualquier hora del día que más te extrañe, porque no hay impedimento cuando se trata de verte, de sentirte, de besarte, de tocarte, de amarte.  El primer amor es un refugio, es un ambiente que brinda paz, es un beso que habla cuando necesitas consuelo, es el escape a la libertad, es aventurarse por la vida cogidos de la mano, es la primera adicción a lo inesperado, a esa magia que conserva la primera vez. El primer amor es el que te hace sonreír y llorar, el que te hace anhelar y enfadarte, el que te hace soñar y aterrizarte. El que te hace sentir más allá de los sentidos, el que te hace superarte y a la vez puede destrozarte. El que te enseña a entregarlo todo por amor. El primer amor no es el primer sentimiento, el primer amor es el que es, el mismo que reconoces por las caricias en tu cuerpo, el mismo que llena tus pensamientos. By: Güstav Rc’mor  

Noches de fantasía

Sube la luna y ella solo piensa en un cálido amor, en ese mismo que calcinaba su cuerpo, el mismo que yo le entregaba. La adicción por la piel terminaba consumiéndonos, comenzando por los ojos; en la oscuridad este sentido se perdía, pero se agudizaban otros. Es tu cuerpo la perfección creada por la belleza y el deseo. El encanto indudable que te ha sido otorgado me hace enfrentarme a la muerte cada noche, porque es prohibido nuestro amor para el resto. Pero siento que la pasión se apodera tanto de mí, como de ti, y eso lo vale. Las sabanas conservan más de nuestro sudor que la misma tela de la cual está hecha. Esa es la evidencia que podría condenarnos si es que realmente estamos pecando, de todos modos ya no tiene importancia, estando juntos el mundo se reduce a los dos. Desde la primera noche ya han sido constantes veinticuatro y cada nueva siempre se ha envuelto en el místico manto de lo inesperado, lo acompañan tu mirada penetrante que inicialmente me imposibilita actuar, al parecer después de la medianoche nos convertimos en animales que deciden entre quien caza o es cazado; le sigue tu calor y el que anhelo se encuentra enfrente de tu corazón, pues son tus senos en mis labios lo que nos da aliento para continuar ante inmenso desenfreno. En la tina, igual de importante son tus caderas que consiento en medio del agua caliente, del vapor y las flores con su néctar que nos revitalizan. Es la noche nuestro escenario y es fantasía porque nunca creímos que sucedería. Llega la despedida y con ella los ruegos para que el tiempo se paralice o bien sea que acelere su curso y nos encontremos una vez más en una de las tantas noches de fantasía que hemos vivido, y si no llegara con la caída del sol esa noche, ten presente que te llevo inmortalizada en mis recuerdos a donde quiera que vaya y hasta el fin de los tiempos. By: Güstav Rc’mor