Me enamoré de un ser radiante como la luz del sol. Me opacaba con sus reclamos.
Me enamoré creyendo que era el amor perfecto para mí. Se conformó con entregarme la imperfección de su cariño.
Me enamoré de su sonrisa pero género en mi más llanto que alegría.
Me enamoré de su voz. Odie su tono en medio de la discusión.
Me enamoré de su ternura. En la cama y al dormir era el único lugar en que podía contemplarla.
Me enamoré de sus besos. Estos si fueron intensos.
Me enamoré del aroma de su piel. Aun puedo percibirlo cuando se reviven los recuerdos.
Me enamoré de sus cuidados. Sin comprender que era el quien me hacía daño.
Me enamoré de sus caricias. Probé y me volví adicta.
Me enamoré de sus detalles. Los destroce por no valorar los míos.
Me enamoré de su personalidad. Se transformó en un ser egoísta.
Hoy culpo a la distancia que un día nos unió sin tener en cuenta nuestras formas de amar y con el tiempo nos dejo marchitar. By: Güstav Rc’mor