Hola, ¿me recuerdas? soy yo de nuevo… Estuve detrás de ventanas, rodeada de cuatro paredes, estuve presa en mi habitación. Fui prisionera de lo que construí, estuve condenada al desamor por ti. Déjame decirte que hoy soy libre y no es por ti, hoy soy libre porque comprendí que no puedo entregarte todo de mí. ¿Acaso no te basto con destrozar mi corazón?, tu recuerdo estuvo siempre en mi mente, intentando acabar con mi vida al no tenerte.
Después de todo lo supere, aquí me ves y hoy no vengo arrastrándome, suplicando y mendigando fragmentos del amor que un día fue real. Ya no veras lágrimas en mi ojos porque jamás volverás a hacer la razón de mi sufrimiento. Mis lágrimas, aquellas que generaste, se evaporaron cuando el sol toco mi rostro. Confieso que lo más difícil de superar fue el recuerdo de tu sonrisa, porque recordándola comprendí que nuestra unión siempre dependió de mi dependencia por ti. Hoy vengo a decirte que eres un maldito por no valorar todo el amor y la vida que desinteresadamente un día te di, pero ¿sabes algo? no te maldigo, prefiero regalarte mi sonrisa para que conozcas el sabor de la condena que pague para volver a vivir. By: Güstav Rc’mor