Mi gente despierta un día más vulnerable, a la deriva de lo que pueda suceder, con ansias de salir adelante, se enfrenta a una sociedad escalofriante, posee todas las capacidades que el mercado laboral desearía si no se encontrara en un sistema económico devorante. Cada día se crean más limitantes para acceder a un trabajo digno y que sea constante. Los esfuerzos son en vano, la informalidad nos tomó de la mano.
El espíritu emprendedor sobresale en mi gente, pero las instituciones tratan de noquearlo porque no se encuentra enmarcado en las leyes pertinentes. El poder se les adjudica a los que se creen más inteligentes que bella ilusión porque ni se enteran de que son unos idiotas existentes. ¿Qué tal seria si nacieran más bancos que financiaran proyectos fruto del ingenio de mi gente? Si algún día se diera, que estos recursos no hagan más ricos a los pequeños ricos para que el mercado financiero siga consumiendo poco a poco a los grandes pobres. Esta es mi gente que se levanta temprano en busca de una oportunidad. El hambre es el factor que hace a cualquier persona actuar, el hambre nos hace imaginarnos una mejor sociedad, el hambre hace que nuestro cerebro funcione sin ganas de funcionar. El hambre es algo que no quiero volver a experimentar ni siquiera a imaginar. Mi gente llora en silencio, eleva sus suplicas a los cielos en busca de que un ángel los tome de la mano y los saque de ese infierno. By: Güstav Rc’mor