La culpa es mía

Las veces que la vi pasar.
Siempre tenía una sonrisa.
Me transmitía ternura.
Tanto que envidie verme así.
Cuando me vio me sonrió.
Yo le respondí con soberbia.
Baje la mirada.
Contuve cualquier emoción.
Eso fue lo que le ofrecí.
Indiferencia.
No porque ella lo mereciera si no porque yo no creia en nada.
Así es la vida en ocasiones te da, cuando menos estás dispuesto a recibir.


Al día siguiente pensé en ella.
Ya no sentía mi corazón de piedra.
Busque una oportunidad.
Para hablar con ella.
Me sonrió de nuevo.
Sostuve su mirada.
La invite a salir.
Todo se dio.
Dos días después la bese.
Ella me besó.
Lei sus besos.
Buscaba amor.
Al tercer día.
Caminamos, hablamos y la escuché.
Se nos hizo tarde.
El tiempo corrió,
Pero tal vez no como debiera.
Al cuarto día.
Me hizo el amor.
Yo lo disfrute pero en mi no se despertaron las mismas emociones que las de ella.
Por cuatro días no me reconocí.
Hoy volvió mi corazón de piedra, el cual nunca debí dejar ir.
La culpa es mía.
Porque ella buscaba amor.
Yo la destruí.
Así me aleje.
Viéndola sufrir.

By: Güstav Rc’mor