Tu voz es el arrullo en mis noches que ya no son mías si no nuestras. Aunque la distancia nos aleje una llamada logra transportarnos a un lugar ideal en el que por poco tiempo podemos amarnos, en el que puedo sentir tus palabras tocando mi piel necesitada. Todo esto sucede cuando se combina la oscuridad al cerrar mis ojos junto con los decibeles y el acento de tu voz. Yo sé que cada noche esperas por mi llamada y tú sabes que en el día yo espero por la tuya, pues es lo primero que quiero escuchar al despertar y tú lo último junto con un beso que te haga dormir. Estamos separados por tormentas, desiertos, cadenas montañosas y mares extensos, el conocimiento ha permitido cruzarlas en poco tiempo, no es perfecto pero es una opción válida para poder sentirte un poco más cerca de mí. Imagino tu sonrisa que por cierto es muy bella y partiendo del recuerdo mi mente de nuevo la visualiza. Lo que no sabías es que en ocasiones se liberan lágrimas que recorren mi rostro, mientras escucho tus historias llenas de emoción. Esto sucede porque comprendo que nuestro amor es cada día más fuerte sin importar los vaivenes y que nunca es muy poco o demasiado cuando realmente se quiere. By: Güstav Rc’mor